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Lista de Ilustraciones sobre el Amor:
Spurgeon
estuvo en cierta ocasi�n visitando a un amigo en el campo. Vio que sobre uno de los graneros hab�a colocado una veleta
con la inscripci�n �Dios es Amor� Entonces
le pregunt� si con ese texto quer�a decir que el amor de Dios era tan
cambiante como el viento. El hombre
le respondi� que no, que lo que quer�a decir era que Dios es Amor siempre, no
importa de d�nde soplen los vientos.
Hay
dos maneras en que es posible unir las cosas.
Una, por medio de la congelaci�n, la otra, por medio de la fusi�n por
calor. Lo que precisamos los cristianos es estar unidos por el amor fraternal.
Entonces s� que podemos esperar que haya poder.
Me
estoy cansando de esa palabra deber, deber. Todo el mundo habla de que es su deber hacer esto, o su deber
de hacer aquello. Ha sido mi
experiencia que cristianos de esta clase tienen muy poca bendici�n.
�No podemos tener una ambici�n m�s alta que la del deber? �No podemos
trabajar por Cristo porque le amamos?
El
Profesor Drummond cuenta que en Africa conoci� a algunos nativos que se
acordaban de David Livingstone. No
entend�an una sola de sus palabras, pero reconocieron en el gran misionero el
lenguaje universal del amor. Hac�a
muchos a�os que no ten�an contacto alguno con los cristianos, pero recordaban
la personalidad bondadosa de Livingstone. Es
este mismo mensaje universal del amor, amor divino, amor parecido al de Cristo,
que debemos poseer si queremos que el Se�or nos utilice. El mundo poco entiende de dogmas o de teolog�a, pero
entiende de simpat�a y el amor. Una acci�n bondadosa puede ser m�s potente y
tener mayor alcance que el m�s elocuente de los sermones.
Napole�n
trat� de establecer un reino por medio de la fuerza de sus ej�rcitos.
Lo mismo hicieron Alejandro el Grande, Julio C�sar y otros guerreros.
Jes�s fund� su reino sobre el amor, y su reino va a permanecer. Cuando
llegamos a este plano, el del amor, todas las cosas ego�stas e indignas
desparecen, y entonces nuestra obra puede soportar el fuego de la prueba.
�El
que caza almas es sabio.� �Quieres ganar almas? No rega�es ni trates a tus
semejantes con torpeza. No procures
derribar todos sus prejuicios antes de haberlos llevado hacia la verdad. Algunos
creen que tienen que voltear todo el andamiaje antes de que puedan comenzar a
trabajar en el edificio. Un joven
predicador fue a la iglesia de un anciano pastor, y durante todo el serm�n no
hizo m�s que reprender a la congregaci�n.
Cuando termin�, le pregunt� al anciano qu� tal le hab�a parecido la
predicaci�n. Este le dijo: �En
casa tengo una vaca. Cuando quiero
leche, le doy de comer. Ni le grito ni le insulto.�
Hay
un proverbio �rabe que reza as�: �Al cuello, lo dobla la espada; pero al
coraz�n, �nicamente lo dobla otro coraz�n�.
El amor es irresistible.
Cerca de Mobile, Alabama, hab�a un puente de
ferrocarriles que atravesaba una bah�a bastante grande. Era una madrugada
demasiada nublada, un poco antes de las 3:00 AM cuando un remolcador que estaba
jalando un lanch�n pas� por abajo del puente, el lanch�n o la barcaza se
golpe� contra el puente. El operador del remolcador inmediatamente mand� un mensaje al guardacostas. Estaba tan adentro del pantano, que veh�culos de emergencia solo pod�an entrar hasta 6 kil�metros del sitio sobre tierra. Helic�pteros fueron llamados para rescatar a los sobrevivientes. Mucha gente logr� salvarse, pero 47 personas se ahogaron o murieron en las llamas y entraron a la eternidad. Hubo muchos h�roes esa madrugada. Uno fue Michael Dopheide. Era un joven que acababa de terminar su carrera, e iba rumbo a Florida para visitar a su hermana que viv�a en California. Este fue despertado bruscamente cuando escuch� los gritos y llantos alrededor de �l. Corri� por el pasillo hacia una salida de emergencia, y mientras el agua segu�a creciendo, quit� los vidrios y se meti� a las aguas pantanosas que ten�an 25 pies de profundidad. Pisando agua, anim� a la gente a brincar seis pies adentro de la bah�a. A aquellos que no pod�an nadar los ayud� a sostenerse de una viga de metal que estaba a 10 pies de distancia. Las treinta personas que ayud� a salvar inclu�an a un ni�o de dos a�os, una anciana, y una ni�a de 11 a�os con par�lisis cerebral llamada Andrea. Sus padres, Geray y Mary Jane Chancey, viajaban a casa con su peque�a hija. Mientras esperaban salir, el carro se movi� y se llen� de agua. Ellos desesperadamente empujaron a la peque�a Andrea por una ventana hacia las manos de Michael que estaban all� esperando. Este fue su �ltimo acto de amor por su hija. En vez de salirse ellos, escogieron dar sus vidas para salvar a su hija. - Adaptada del libro titulado "Choices" (Escogimientos) por el Dr. Ronnie Floyd.
Cuando estaba por nacer nuestro segundo hijo, mi esposa y yo asistimos a unas clases pre-natales dise�adas para parejas que ya ten�an por lo menos un hijo. El instructor abord� el tema de como darle la noticia al hijo mayor de la familia. Iba as�: "Algunos padres", dijo ella, "le dicen al hijo mas grandecito, 'Te amamos mucho y decidimos traer a otro hermanito a la familia.' Pero piensenlo bien. Damas, que tal si sus esposos llegaran a casa un d�a y dijeran, 'Mi amor, te quiero tanto que he decidido traer a casa otra esposa."' Una de las mujeres inmediatamente pregunt�.
"�Sabe cocinar?"
El amor es muy poderoso, un bien grandioso y
completo. Nada es mas dulce que el amor, El amor vuela, corre y brinca de gozo. El amor no ve algo como imposible, El amor no es inconstante ni sentimental
En el siglo 15, en un pueblito cerca de Nuremberg, Alemania, vivi� una familia de 18 hijos. �Dieciocho! Para simplemente mantener comida sobre la mesa para esta multitud, el padre y cabeza de la familia, que era relojero por profesi�n, trabaj� casi dieciocho horas al d�a en su profesi�n junto con otros varios trabajos que pod�a encontrar en su vecindad. A pesar de su aparentemente desesperada condici�n, dos de los hijos del padre Albrecht Durer ten�an un sue�o de que los dos pod�an alg�n d�a perseguir una carrera de arte. A la vez, sab�an que su padre nunca pod�a pagar para mandarlos a estudiar a la Academia de Arte en Nuremberg. Despu�s de muchas discusiones por las noches en una cama bien llena con hermanos, los hermanos hicieron un pacto entre los dos. Al echar un volado, el que perdiera, bajar�a a las minas cerca de la casa a trabajar y as� sostendr�a los estudios de su hermano en la Academia de Arte. Luego, cuando el hermano que gan� el volado terminara sus estudios que ser�an cuatro a�os, �l sostendr�a a su otro hermano - o con las ventas de su arte o, si fuera necesario, trabajando en las mismas minas. Echaron el volado despu�s del culto dominical. Albrecht Durer el hijo gan� y su hermano Albert baj� a las minas peligrosas para empezar su parte del pacto. Por los siguientes cuatro a�os, Albert fielmente pag� por los estudios de su hermano, cuyos trabajos de arte fue un exitaso casi de inmediato. Sus trabajos de madera, pintura y dibujos eran todos mucho mejores que los de sus propios maestros y para cuando se recibi�, estaba ganando bastante dinero por sus obras. El joven artista regres� a su pueblito y la familia Durer hizo una fiesta de comida en la casa para celebrar el triunfo de Albrecht. Despu�s de una buena y larga comida memorial, puntuado con m�sica y risa, Albrecht se levant� de su posici�n de honor en la mesa para brindar por su amado hermano por sus a�os de sacrificio que hizo para que Albrecht pudiera cumplir con sus deseos de ser artista. Sus palabras al concluir su discurso fue, "Y ahora mi querido y bendito hermano m�o, ahora ser� tu turno. Tu ahora podr�s ir a Nuremberg para perseguir tu propio sue�o mientras que yo ahora te mantengo con todo lo que necesitas". Todas las cabezas de los reunidos en la mesa dieron la media vuelta para ver la cara del Albert que estaba sentado al otro extremo de la mesa. L�grimas estaban trazando su triste cara mientras Albert asentaba con su cabeza de lado a lado diciendo, "no, no, no, no". Al fin, se levanta Albert, limpia sus l�grimas de sus mejillas, mira a las caras de su amada familia y, levantando cuidadosamente sus manos y coloc�ndolas cerca de su mejilla derecha dijo con mucha ternura, "No, hermano. Ya no puedo ir a Nuremberg. Para m� es demasiado tarde. Mira�..mira lo que cuatro a�os en las minas ha hecho a mis manos. Los huesos de cada dedo han sido destrozados por lo menos una vez y ahora, a causa del trabajo en las minas, estoy sufriendo de artritis en mi mano derecha tanto que ni puedo levantar mi vaso y brindar en honor tuyo, mucho menos tratar de pintar y dibujar. No hermano, para m� es demasiado tarde." M�s de 450 a�os han pasado. Hoy en d�a las cienes de obras de arte de Albrecht Durer aparecen en casi cada museo de mayor importancia en este mundo. Pero es posible que tu, como casi todos en el mundo, reconocer�n solamente una obra de Albrecht Durer y a lo mejor tienes una reproducci�n de esta obra colgado en tu casa u oficina. Un d�a, para hacer homenaje a todo lo que sacrific� su hermano Albert, Albrecht Durer cuidadosamente y detalladamente dibuj� las manos abusados de su hermano. Las llam� simplemente "Manos" pero el mundo entero abri� su coraz�n a esta gran obra de maestro y renombraron esta obra "Manos Orando". La pr�xima vez que veas esta obra, piensa en esto: �Nadie �..pero nadie llega al �xito solo! Tu �xito cuesta el amor y sacrificio de alguien en tu vida. Autor Deconocido - Traducido por Felipe Casta�o
Un pastor estaba afanado en su oficina queriendo preparar un serm�n sobre el tema del amor de Dios. Ten�a muchas interrupciones de llamadas por tel�fono, individuos que tocaban la puerta, etc�tera. Entonces le dijo a su secretaria que no le pasara ninguna llamada por tel�fono ni que permitiera que nadie entrara a su oficina hasta no haber terminado �l de preparar su serm�n. Al rato su hija peque�a persisti� en tocar a la puerta, queriendo entrar. Por fin, el pastor abri� la puerta para decir que no pod�a atender a nadie en esos momentos. Pero su ni�a entr� y se le sent� en las piernas. "�A qu� has venido, hijita? �No ves que estoy muy ocupado?" "Vine s�lo para decirte que te amo mucho, pap�", respondi� su hija. Le dio un beso, y se fue. Entonces el pastor pens� que el mejor serm�n era pedirle a su congregaci�n al siguiente domingo, que todos le dijeran a Dios: "Dios, te amo". Autor Desconocido
Jorge Romney fue un famoso pintor ingl�s (1734-1802). Desde su ni�ez demostr� que ten�a un sentido art�stico excepcional, y se dedic� a pintar cuadros hist�ricos, de la naturaleza, y mayormente retratos. En su juventud anduvo de villa en villa y de ciudad en ciudad pintando retratos y vendi�ndolos por unas cuantas monedas. Se enamoro de una se�orita, y se cas� con ella. Entonces uno de los admiradores de Jorge dijo que era una l�stima que se hubiera casado porque se dedicar�a m�s a su esposa que a su arte, y que por esto fracasar�a art�sticamente. Al saber esto Romney se separ� de su joven esposa, y se dedic� a la pintura. Viaj� por Francia, por Italia, y regres� a Londres. Poco a poco hab�a adquirido experiencia, habilidad y prestigio. Unos de sus m�s famosos cuadros son "La Muerte del General Wolfe", "Guillermo Bedford", "Miss Vernon como Hebe", "Casandro", "El Naufragio", "Sir Jorge y Lady Warren", "Las Hijas del P�rroco", y "Lady Hamilton como Dafne". Este �ltimo cuadro est� en el Museo Metropolitano de Nueva York. Se dice que admiraba tanto a Lady Hamilton que la consider� como su modelo favorito y la llam� "la dama divina". Fue tan solicitado para pintar retratos de personajes c�lebres de Londres, que no tuvo tiempo para dedicarse a otro g�nero de pintura. Todo eso le dio fama y dinero. Pasaron los a�os, y Jorge Romney envejeci� y enfermo, junt� las cosas que pod�a llevar consigo, y se encamin� hacia el norte del pa�s, donde hab�a quedado su esposa, y se reuni� con ella: amorosamente lo recibi�, y lo cuid� con ternura hasta que muri�. Despu�s alguien dijo que el coraz�n y el amor de la esposa de Jorge Romney eran mucho m�s valiosos que todos los cuadros que Jorge Romney pint�. A.L.
Una maestra de p�rvulos trataba de explicar a los ni�itos de su clase lo que es el amor; pero no pod�a, y por saber lo que dec�an sus peque�os alumnos, les pregunt� qu� es el amor. Entonces una ni�ita de seis a�os de edad se levant� de la silla y fue hasta la maestra, la abraz�, la beso y le declar�: " Esto es amor." En seguida la maestra dijo: "Esta bien; pero el amor es algo m�s. �Que es ese algo?" La misma ni�a despu�s de un rato de estar pensando, se levant� y comenz� a poner en orden las sillitas que estaban fuera de lugar que les correspond�a, limpi� bien el pizarr�n levant� unos papeles que estaban en el suelo, arreglo los libros que estaban en desorden sobre una mesa; y en seguida, con aire de satisfacci�n, dijo a su maestra: "Amor es ayudar a otros": La ni�ita ten�a raz�n. Expositor B�blico.
Era la ma�ana de un festival. A una hora temprana los aldeanos se hab�an congregado en el campo. Sobre ellos las cumbres de los Alpes se elevaban en grandiosa majestad. Los alegres ni�os estaban jugando en grupos cuando un fuerte grito llam� la atenci�n de todos. Un �guila de la ma�ana se hab�a precipitado repentinamente y, para horror de los que all� estaban, se elev� con un ni�o que luchaba por soltarse de sus garras. En medio del terror y confusi�n transcurri� un tiempo sin saberse qui�n era, y un profundo gemido se escucho de la multitud cuando se supo que era un hermoso ni�o-el �nico consuelo de una viuda. "�Mi hijo! �mi hermoso ni�o!" exclamaba, mientras se retorc�a las manos en agon�a, y con los ojos llenos de l�grimas observaba el vuelo del ave poderosa, mientras que el pastor procuraba en vano consolarla. Algunos monta�eses instant�neamente se lanzaron hacia los pe�ascos, y todo ojo los sigui� mientras ascend�an lentamente. Al fin, al desaparecer el �guila m�s all� del abrupto precipicio, se vio que se detuvieron y todos con excepci�n de dos abandonaron la tentativa. Al fin, como se elevaban pe�ascos sobre pe�asco, dejaron la lucha desesperada, y un gemido de los espectadores manifestaba que toda esperanza hab�a desaparecido. Con el rostro l�vido por la desesperaci�n, la mirada sobre el precipicio, la madre hab�a yacido inm�vil hasta entonces; pero cuando vio que los perseguidores se deten�an, con un grito de agon�a se lanz� por el ascenso que era casi perpendicular. Arriba, a�n hacia arriba, sigui� por su peligroso camino, hasta ganar el punto que parec�a desafiar ya el avance, y all� los pe�ascos se elevaban mucho, y amenazadores ante ella, pero donde el esfuerzo fracas� en otros, ella, impulsada por el amor, invoc� toda su fuerza, y sin detenerse ante el peligro, sus pies descalzos y tiernos se cog�an del liquen, y prosigui� hacia arriba con la admiraci�n y terror de los espectadores. Una y nada m�s una vez, se detuvo a mirar hacia abajo. A medio camino hacia la cumbre, �qu� vista tan sorprendente y hermosa contemplaron sus ojos! All� abajo del valle tortuoso hab�a una densa masa de seres humanos. Ninguno estaba en pie, ni una cabeza cubierta, sino que los se�ores, j�venes y ni�os estaban arrodillados en f�rvida s�plica, a la vez que de la aldea el repique de la campana resonaba en su o�do, llamando a los habitantes vecinos a unirse en la oraci�n. Al fin lleg� a la cumbre y para su gozo indecible vio a su ni�o a�n con vida en el nido. En ala r�pida el �guila giraba alrededor en c�rculo m�s arriba que ella. Coger al ni�o, asegurarlo en su seno y atarlo a ella con su chal fue cuesti�n de un momento. Encomend�ndose al Padre amoroso, torno a descender. Temerario hab�a sido el ascenso, pero m�s temible y peligroso parec�a el descenso. Al llegar al lugar dificultoso, con el cerebro aturdido y con el coraz�n desvanecido, se detuvo, estrechando a su ni�o a su seno con estremecimiento. En ese momento su o�do escuch� el balido d�bil de una cabra, guiando a sus cabritos por otro lado. Con una gratitud indecible hacia Dios, cruz� para descender por ese camino antes desconocido, y escuch� los gritos destantes de gozo de los aldeanos all� abajo. Pronto estuvieron a su lado fuertes brazos y estaba salva con su hijo. El amor le hab�a llevado a la altura donde los escaladores de los Alpes no hab�a podido subir. Sin embargo, se nos dice que el amor de Dios va m�s all�.
Dios quiere llevar su mundo Dios le ha trazado a su mundo Si eres duro, si no amas, Gonzalo Baez-Camargo
Meditaba en su cuarto de estudio un predicador, buscando una ilustraci�n sobre el amor. De pronto entr� en el cuarto su hijita peque�a, diciendo: -Pap�, si�ntame un poco sobre tus rodillas. -No, hijita, no puedo ahora; estoy muy ocupado-contest� el padre. -Quisiera sentarme un momento en tus rodillas, s�beme, papa-dijo ella. El padre no pudo negarse a una s�plica tan tierna, y tom� a la ni�a y la subi� a sus rodillas, y dijo: -Hijita m�a, �quieres mucho a pap�? -S� que te quiero contesta la ni�a-, te quiero mucho, pap�. -�Cuanto me quieres, pues? pregunt� el padre. La ni�a coloc� sus manecitas en las mejillas de su padre, y apret�ndolas suavemente, contest� con afecto: -Te quiero con todo mi coraz�n y con mis dos manos. Esta respuesta encerraba en pocas palabras lo que debe entenderse por una dedicaci�n completa, y dio al predicador el ejemplo que buscaba.
Un caballero que pensaba que el cristianismo no era m�s que una colecci�n de problemas dif�ciles, dijo en cierta ocasi�n a un anciano ministro: -Es una declaraci�n sumamente extra�a: "a Jacobo am�, mas a Esa� aborrec�". -Muy extra�a-replic� el ministro-, pero d�game, �qu� es lo que en ella le parece m�s extra�o? Oh- replic� -, eso de que aborreci� a Esa�. -Vea usted- respondi� el ministro-, c�mo son las cosas, y cu�n diferentemente estamos constituidos. Lo que a m� me parece m�s extra�o es que haya podido amar a Jacob. No hay misterio m�s glorioso que el del amor de Dios."
Hace varios a�os un humilde miembro de la raza china dio su vida para salvar la de un ni�ito que era hijo de unos misioneros que hab�an sido asesinados por los comunistas. El conocer las nobles obras de personas de otras razas nos ayuda a vencer nuestro prejuicio racial. New Century Leader.
Un vecino, entrado en la morada de otro, lo hall� ante la ventana quitando con un cuchillo el hielo del cristal en aquella ma�ana de enero. Hombres- e dijo extra�ado-, �no saldr�s ganando si enciendes la le�a del hogar? El otro qued� pensativo, se golpe� la frente, y luego acept� el consejo. Un momento despu�s el hielo empezaba a deshacerse solo En todos los tiempos los hombres olvidan que cuando el amor falta, entonces todo fracasa, ya no queda nada. El fuego del amor de Dios encendido en el coraz�n del hombre, har�a mucho m�s trabajo y mejor, que todas las leyes y disciplinas. Mensajero Pentecost�s
Despu�s de la ca�da de Jerusal�n ocurrida en 587 o 586 a. de J. C., los edomitas ocuparon las tierras de la parte sur de Jud�. En el a�o 300 a. de J. C. los nobateos conquistaron el monte Seir con su capital Petra. Por la invasi�n de Palestina y Egipto por los griegos, el nombre de la parte de Edom que est� al sur de Jud� fue cambiando por el de Idumea, el cual se le qued�, y los habitantes fueron conocidos como idumeos. Hebr�n, la capital de Idumea, fue capturada por el caudillo jud�o Judas Macabeo en el a�o 165 a. de J. C. y el resto el territorio conquistado por Juan Hircanus, quien oblig� a los idumeos a que fuesen pros�litos, por el a�o 126 a de J.C. Antipater, gobernador de Judea, por el a�o 47 a. de J.C., y su hijo, Herodes el Grande, quien trat� de destruir al ni�ito Jes�s, fueron idumeos. Cuando los romanos, bajo Tito, pusieron sitio a Jerusal�n en el a�o 70 d. de J.C., invitaron a veinte dumeos a que les ayudaran. Los idumeos no hicieron otra cosa que robar y saquear, y ellos mismos fueron subyugados por los romanos y dejaron de existir como naci�n.
Gracia lleg� por primera vez a un internado para se�oritas, donde iba a permanecer para poder estudiar en un colegio. Cuando se matricul� le dieron un reglamento por el cual las internas deb�an regir su conducta. A Gracia le pareci� que el reglamento era irrazonable e inadmisible; y, delante de unas compa�eras internas, con enojo y en alta voz se dijo: "�Obedecerlo? �Como yo quiera!" En seguida se fue a su cuarto resuelta a no obedecer algunas de las partes de ese reglamento que a ella le parec�a absurdo. A la hora de la cena, cuando Garc�a entr� en el comedor, una amiga de ella la present� con la directora del internado. Cuando se separaron de �sta, Garc�a exclam� dirigi�ndose a su amiga: "�Que mujer tan simp�tica! �Que sonrisa tan agradable! �Sent�a yo como que la directora me atra�a hacia ella!" Pasaba el tiempo, y la admiraci�n y el cari�o de Gracia para la directora iba aumentando, y sent�a y pensaba que deb�a agradarla. Entonces, con sumisi�n, y casi sin esforzarse cumpl�a el reglamento; despu�s, ya sin darse cuenta, con gusto lo cumpl�a por completo. Hab�a triunfado el amor a la directora y al internado. Autor Desconocido
Despu�s de la Segunda Guerra Mundial era muy dif�cil para las naciones de Europa desechar los prejuicios que se hab�an originado por causa de los sufrimientos que unas y otras hab�an tenido. En una iglesia bautista internacional, en Suiza, un joven cristiano dinamarqu�s estaba procurando adorar a Dios con los cristianos de otras naciones. En el momento en que se estaba leyendo la Escritura, este joven vio que un soldado alem�n, del ej�rcito de ocupaci�n, entraba en la capilla. El cristiano dinamarqu�s se levant� inmediatamente y sali� sin poder ocultar su disgusto. Pocos minutos despu�s regres�, y continu� participando en el culto de adoraci�n. En el momento oportuno, en la misma reuni�n, dio este testimonio: "En el momento en que este soldado alem�n entr� en la capilla, sent� que mi coraz�n se llenaba de odio en contra de �l; pens� en los sufrimientos que hemos tenido por causa de su pueblo, e inmediatamente decid� que no estar�a yo en esta capilla con �l. Al salir yo, con mi coraz�n lleno de odio, de repente pens� en el amor de Dios manifestado en la cruz donde Cristo muri� por m� Ciertamente no puedo estar fuera de este culto este hombre es mi hermano." Broadman Comments.
�El Cristo resucitado nos ha encontrado! Camina por la misma senda que vamos recorriendo nosotros, con gloria y majestad. Pregunt�monos: �De verdad deseamos encontrarlo? �Tenemos valor para andar en su compa��a? �Lo amamos lo suficiente para darle oportunidad de que se nos presente? Un argumento filos�fico nos puede convencer de que la resurrecci�n no est� fuera de la raz�n; pero eso no quiere decir que nos hemos encontrado al Se�or resucitado. El responde al coraz�n amante y aunque es verdad que debe existir cierto grado de comprensi�n intelectual antes de que pueda haber un fundamento para el amor; pero cuando nos hemos convencido intelectualmente, debemos entregarle nuestro coraz�n si es que ha de desconocerse el velo y si es que hemos de gozar de su compa�erismo.
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