Amistad



 


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Lista de Ilustraciones sobre la Amistad:

  1. ALEJANDRO FLEMING

  2. ENEMIGOS DESTRUIDOS

  3. HACIENDO AMIGOS DE LOS ENEMIGOS

  4. UN AMIGO QUE DURA

  5. AMIGOS EN LA ADVERSIDAD Y EN LA VICTORIA

  6. UNA JUSTA DEMANDA

 

ALEJANDRO FLEMING

Su nombre era Fleming, y era un granjero escoc�s pobre.  Un d�a, mientras intentaba ganarse la vida para su familia, oy� un  lamento pidiendo ayuda que proven�a de un pantano cercano. Dejo caer sus herramientas y corri� al pantano.  All�, entro hasta la cintura en el esti�rcol h�medo negro. Se trataba de un muchacho aterrado, gritando y esforz�ndose por liberarse.

El granjero Fleming salvo al muchacho de lo que podr�a ser una lenta y espantosa muerte. Al d�a siguiente, lleg� un carruaje elegante a la granja.  Un noble elegantemente vestido sali� y se presento como el padre del muchacho que el granjero Fleming hab�a ayudado.  "Yo quiero recompensarlo", dijo el noble. "Usted salvo la vida de mi hijo."

"No, yo no puedo aceptar un pago por lo que hice," el granjero escoc�s contesto.  En ese momento, el hijo del granjero vino a la puerta de la familia la caba�a. "? Es su hijo?" El noble pregunto. "Si," el granjero contesta orgullosamente.

"Le propongo hacer un trato. Perm�tame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educaci�n que mi hijo disfrutara. Si el muchacho s eparece a su padre, no dudo que crecer� hasta convertirse en el hombre del que nosotros dos estaremos orgullosos". Y el granjero acept�.

El hijo del granjero Fleming asisti� a las mejores escuelas y al  tiempo, s� gradu� en la Escuela Medica del St. Mary's Hospital en Londres, y sigui� hasta darse a conocer en el mundo como el renombrado Dr. Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina.

 A�os despu�s, el hijo del mismo noble que fue salvado del pantano estaba enfermo de pulmon�a. �Qu� salv� su vida esta vez? La penicilina.

�El nombre del noble? Sir Randolph Churchill.

El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill.

DR. WALTER SANDOVAL

 

ENEMIGOS DESTRUIDOS

Se cuenta que cierto emperador chino, cuando le avisaron que en una de las provincias de su imperio hab�a una insurrecci�n, dijo a los ministros de su gobierno y a los jefes militares que lo rodeaban: "Vamos. Seguidme. Pronto destruir� a mis enemigos." Cuando el emperador y sus tropas llegaron a donde estaba los rebeldes, �l trat� afablemente a �stos, quienes, por gratitud, se sometieron a �l de nuevo. Todos los que formaban el s�quito del emperador pensaron que �l ordenar�a la inmediata ejecuci�n de todos aquellos que se hab�an sublevado contra �l; pero se sorprendieron en gran manera al ver que el emperador trataba humanitariamente y hasta con cari�o a quienes hab�an sido rebeldes. Entonces el primer ministro pregunt� con enojo al emperador:

"�De esta manera cumple vuestra Excelencia su promesa? Dijisteis que ven�amos a destruir a nuestros enemigos, los hab�is perdonados a todos y a muchos hasta con cari�o los hab�is tratado.

Entonces el emperador, con actitud generosa, dijo:

-os promet� destruir a mis enemigos; y todos vosotros veis que ya nadie es enemigo m�o: a todos los e hecho mis amigos."   

EXPOSITOR B�BLICO

 

HACIENDO AMIGOS DE LOS ENEMIGOS

Algunos cortesanos reprocharon al emperador Segismundo, por que en lugar de destruir a sus enemigos conquistados, los favorec�a. "�no destruyo efectivamente a mis enemigos ", contest� el ilustre monarca, "cuando los hago mis amigos?"

Cuando se le pregunt� a Alejandro el Grande c�mo hab�a podido en tan poco tiempo conquistar tan vastas regiones y ganar un hombre tan grande, contest�: "Us� tan bien a mis enemigos que los obligue a ser mis enemigos con una consideraci�n tan constante que est�n unidos para siempre a m�." -Gray

 

UN AMIGO QUE DURA

Una Se�orita ten�a un perro al que quer�a mucho; pero un d�a el animal enferm� y al poco tiempo muri�.

La muchacha se puso muy triste ; se sent�a muy sola sin su perro, pero en eso llego una amiga a quien ella amaba con todo su coraz�n, y en su compa��a se sinti� contenta;, se consol� de la perdida del perro que hab�a sido su fiel guardi�n; pero la amiga contrajo una grave enfermedad que le costo la vida, y la aflicci�n de la muchacha fue tan grande que ni hallaba consuelo.

Para distraerse un poco sal�a a su jard�n donde tenia un rosal muy hermoso, para colmo de su tristeza noto que su planta estaba marchita y seca.

Entonces, casi con desesperaci�n lloraba y se quejaba de su triste suerte diciendo: "Nada me dura; se muri� mi perro fiel, mi amada amiga se fue al viaje de donde no se vuelve, y ahora mi bello rosal se ha secado."

En una de tantas veces un Se�or que la oy� quejarse de su mala suerte le dijo: "Se�orita, usted no conoce a JesuCristo, un amigo que nunca muere; en su compa��a hay placeres que nunca se acaban.

Es verdad que todas las cosas de esta vida se acaban; pero las cosas del Se�or Jes�s duran para siempre."

 

AMIGOS EN LA ADVERSIDAD Y EN LA VICTORIA

Es c�lebre la amistad que ligaba a los dos guerreros griegos Pel�pidas y Epaminondas. Tanto era que en la batalla de Mantinea unieron sus escudos para poder pelear juntos y ayudarse mutuamente. Lucharon as� durante alg�n tiempo y estuvieron derrotando a sus enemigos, hasta que Pel�pidas cayo herido y, derramando mucha sangre por las heridas, estaba a punto de morir. Entonces Epaminondas decidi� seguir peleando a lado del cuerpo de Pel�pidas, aunque el mismo tuviera que morir junto a su amigo, de quien crey� que morir�a en ese lugar. Epaminondas, tambi�n herido gravemente, permaneci� luchando ah� hasta que llegaron otros compatriotas que rescataron a los dos amigos moribundos. Desde aquel d�a esa amistad llego a ser proverbial. Despu�s fueron ascendidos a jefes del ejercito Tebano, con igual autoridad, y nunca existi� rivalidad ni envidia entre ellos.

Adaptado

 

UNA JUSTA DEMANDA

Lo que demanda Jes�s de todos los que somos sus seguidores, no es una arbitrariedad ni menso una injusticia o capricho. Jes�s no requiere ning�n sacrificio para s�, sino para nuestro desarrollo y para traer el reino de Dios entre los hombres. Los m�s felices no son los ego�stas, sino aquellos que se olvidan de s� mismos; no los ambiciosos, sino los piadosos de coraz�n; no los avaros, sino los generosos; no los que poseen m�s, si no los que aman m�s. Aqu� se provee un incre�ble medio para amistar a los hombres unos con otros, clases con clases y naciones con naciones, sobre bases sanas de amistad sincera y amor mutuo. Exp. B�bl.