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PODER
EN EL EVANGELISMO
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En su libro, �Si�ntate, Camina, P�rate�, Watchman Nee describe una misi�n de predicaci�n a una isla cerca de la costa de China Sur. Hab�a siete personas ministrando en el grupo, incluyendo un joven reci�n convertido de 16 a�os de edad que el se�or Nee llam� el hermano Wu. La isla era relativamente grande, comprend�a de aproximadamente 6,000 casas. Nee ten�a un contacto all�, un viejo compa�ero de clase y que ahora era el encargado de una escuela del pueblo, pero el rehus� hospedar el grupo cuando descubri� que hab�an venido para predicar el Evangelio. Finalmente, el grupo encontr� hospedaje con un herbolario chino, quien ser�a su primer convertido.
Predicando parec�a ser infructuoso en la isla, y Nee descubri� que era por la dedicaci�n de la gente hacia un �dolo llamado Ta-wang. Estaban convencidos de su poder porque, en el d�a de su festival y desfile cada a�o, el clima siempre era casi perfecto.
��Cu�ndo ser� la procesi�n este a�o?�, el joven Wu pregunt� al grupo que hab�an congregado para escucharles predicar.
�Lo tenemos establecido para el d�a 11 de enero a las 8 de la ma�ana�, fue la respuesta.
�Entonces�, dijo el nuevo convertido, �te prometo que por cierto estar� lloviendo el d�a 11.�
En ese momento sali� un estallido de gritos de la multitud: ��Basta! No necesitamos escuchar m�s predicaciones. Si de veras llueve el d�a 11, �entonces tu Dios es Dios!�
Watchman Nee estuvo en otro lugar en el pueblo cuando ocurri� esta confrontaci�n. Al ser informado sobre lo acontecido, vio que la situaci�n se puso en serio y convoc� al grupo a orar. La ma�ana del d�a 11 no hubo ni una nube en el cielo, pero durante la oraci�n de gracias por el desayuno, empez� a llover ligeramente y fue seguido por una lluvia fuerte.
Los adoradores del �dolo Ta-wang se molestaron tanto que pusieron a su �dolo en una silla tipo �sedan�, llev�ndolo afuera, esperando que esto pudiera detener la lluvia. Pero la lluvia solo cay� con m�s intensidad. Despu�s de una distancia corta, los que estaban cargando el �dolo tropezaron y se cay� el �dolo, fracturando su mand�bula y brazo izquierdo.
Una cantidad de j�venes aceptaron a Cristo como resultado de la lluvia cayendo como respuesta a la oraci�n, pero los ancianos del pueblo hicieron una adivinaci�n y dijeron que hab�an escogido el d�a equivocado. El d�a correcto de la procesi�n deber�a de haber sido el d�a 14.
Cuando Nee y sus amigos se enteraron de esto, volvieron otra vez en oraci�n, pidiendo por lluvia el d�a 14 y para d�as sin lluvia todo el tiempo hasta el 14 para las predicaciones.
Esa tarde el cielo estaba claro y en los d�as siguientes hab�an 30 que se convirtieron. Del d�a crucial para la prueba, Nee dice: �El d�a 14 empez� con otro d�a perfecto y tuvimos unos buenos cultos. Cuando se acerc� la noche, nos juntamos de nuevo en la hora anteriormente convenido. Quietamente pusimos nuestra petici�n delante del Se�or. Y ni un minuto demasiado tarde, lleg� Su respuesta con lluvias torrentes y inundaciones como la vez anterior.
El poder del �dolo sobre la poblaci�n de la isla hab�a sido quebrantado; el enemigo hab�a sido derrotado. Conversiones segu�an y el impacto sobre los siervos de Dios, quienes hab�an sido testigos de Su poder continuar�a enriqueciendo su servicio cristiano desde ese tiempo en adelante.
Roger F. Campbell, �You Can Win!� (��Tu S� Puedes Tener La Victoria!�), 1985, SP Publications, pp. 35-36
EL
PODER DE LA AMISTAD
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No
hay poder en el mundo semejante al poder de la amistad.
Nada ni nadie ha podido superar este poder en el transcurso de todas las
edades.
Pues bien, el cristianismo parece ser sencillamente el perfeccionamiento
de este gran poder.
Parece ser simplemente la abertura del cielo para que podamos ver que,
sobre toda otra amistad, sobre todo lo que forma nuestra vida, all� est� el
poder de Dios manifestado en Cristo Jes�s, para que todo el que pasare su vida
en completa obediencia al Gran Maestro refleje m�s y m�s su car�cter.