|
|
|
|
|
 |
A SEGUIR EMPUJANDO! |
Cuentan que un muy buen hombre viv�a en el campo pero ten�a problemas f�sicos, cuando un d�a se le apareci� Jes�s y le dijo: "Necesito que vayas hacia aquella gran roca de la monta�a, y te pido que la empujes d�a y noche durante 1 a�o".
El hombre qued� perplejo cuando escuch� esas palabras, pero obedeci� y se dirigi� hacia la enorme roca de varias toneladas que Jes�s le mostr�. Empez� a empujarla con todas sus fuerzas, d�a tras d�a, pero no consegu�a moverla ni un mil�metro.
A las pocas semanas lleg� el diablo y le puso pensamientos en su mente: "�Por qu� sigues obedeciendo a Jes�s? Yo no seguir�a a alguien que me haga trabajar tanto y sin sentido. Debes alejarte, ya que es est�pido que sigas empujando esa roca, nunca la vas a mover". El hombre trataba de pedirle a Jes�s que le ayudara para no dudar de su voluntad, y aunque no entend�a se mantuvo en pi� con su decisi�n de empujar.
Con los meses, desde que se pon�a el sol hasta que se ocultaba aquel hombre empujaba la enorme roca sin poder moverla, mientras tanto su cuerpo se fortalec�a, sus brazos y piernas se hicieron fuertes por el esfuerzo de todos los d�as. Cuando se cumpli� el tiempo el hombre elev� una oraci�n a Jes�s y le dijo: "Ya he hecho lo que me pediste, pero he fracasado, no pude mover la piedra ni un cent�metro".
Y se sent� a llorar amargamente pensando en su muy evidente fracaso. Jes�s apareci� en ese momento y le dijo: "�Por qu� lloras? �Acaso no te ped� que empujaras la roca? Yo nunca te ped� que la movieras, en cambio m�rate , tu problema f�sico ha desaparecido. NO has fracasado, yo he conseguido mi meta, y t� fuiste parte de mi plan".
Muchas veces al igual que este hombre, vemos como il�gicas las situaciones, problemas y adversidades de la vida, y empezamos a buscarle l�gica, nuestra l�gica, a la voluntad de Dios y viene el enemigo y nos dice que no servimos, que somos in�tiles o que no podemos seguir.
El d�a de hoy es un llamado a "empujar" sin importar qu� tantos pensamientos de duda ponga el enemigo en nuestras mentes, pongamos todo en las manos de Jes�s, y �l por medio de su voluntad nunca nos har� perder el tiempo, mas bien, nos har� ser m�s fuertes!
|
LA
MEJOR CAUSA
|
El
m�s grande h�roe filipino de la segunda guerra mundial fue un civil llamado
Jos� Abat Santos, presidente del Supremo Tribunal de Justicia de las Filipinas.
Su
historia es interesante:
Santos
fue educado en los Estados Unidos donde recibi� una gran influencia cristiana.
Despu�s de sus estudios en la Universidad de Harvard, volvi� a su pa�s,
donde lo colocaron en uno de los puestos m�s elevados de la magistratura.
Fue tambi�n vicepresidente de la Asociaci�n Cristiana de J�venes.
Cuando
los japoneses tomaron Corregidor, aprehendieron a Santos, d�ndole oportunidad
de escoger: Cooperar con los nipones renunciando a los principios cristianos o
enfrentarse a la muerte. Santos no
vacil�: escogi� la muerte. Antes
de morir dijo a su hijo que lloraba:
�No
llores, hijo m�o, es un privilegio que hoy es concedido a pocos hombres, morir
por una causa como �sta�.
Su
causa era Cristo y la democracia cristiana. Su influencia fue tan grande que su
pueblo lleg� a solidarizarse con los aliados en la lucha contra el paganismo
japon�s.