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Lista de ilustraciones sobre el Perd�n:
En la segunda guerra
mundial, los soldados escoceses fueron forzados por sus captores japoneses
trabajar en los rieles del ferrocarril en la selva. Por el mal trato de los japoneses, el comportamiento de los
soldados escoceses hab�a degenerado a un estado b�rbaro.
Pero una tarde algo pas�. Se
hab�a perdido una pala. El soldado japon�s
encargado se enfureci� y demand� que se produzca la pala o �l har�a quien
sabe qu�. Cuando nadie en el
escuadr�n se movi�, el oficial sac� su pistola y amenaz� matar a todos en
ese momento. Fue obvio que el
oficial estaba hablando en serio. Fue cuando un hombre tom�
un paso hacia el frente. El oficial
guard� su pistola, tom� una pala y golpe� al hombre hasta que falleci�. Despu�s, los
sobrevivientes escoceses tomaron al hombre muerto con s� mismos para hacer el
segundo chequeo de las herramientas. Esta
vez encontraron que no se hab�a perdido la pala.
La verdad es que alguien no cont� bien la primera vez. El asunto corri� por todo el campamento � un hombre inocente estaba de buena voluntad el sacrificar su vida por los dem�s. Este incidente tuvo un efecto profundo en los escoceses. Los soldados empezaron a tratar a los dem�s como si fueran hermanos. Cuando los aliados victoriosos entraron, los sobrevivientes, esqueletos humanos, se pusieron en fila al frente de sus captores y, en vez de atacarles, insistieron, �No m�s odio. No m�s matanza. Lo que necesitamos ahora es el perd�n�. � Ernest Gordon, �Miracle on the River Kwai� (�Milagro en el R�o Kwai�)
Poco antes de su muerte en 1988, en un momento de franqueza sorprendente en la televisi�n, Marghanita Laski, una de las m�s conocidas humanistas seculares y novelistas dijo, �lo que envidio m�s de ustedes los Cristianos, es su habilidad de perdonar. Yo no tengo a nadie que me perdone�. John Stott, �The Contemporary Christian� (�El Cristiano Contempor�neo�).
Mi
hermano Oscar y una chava llamada Gaby, eran s�per amigos, se llevaban s�per
bien y se estimaban mucho. Llevaban una amistad bien padre, sin embargo surgi�
un peque�o desacuerdo entre ellos y se enojaron. Oscar siempre ha sido muy
orgulloso, yo lo conozco bien. A Gaby parec�a no importarle, pero de vez en
cuando me preguntaba por �l, se dejaron de hablar por un largo tiempo. Yo le
estuve diciendo por mucho tiempo a mi hermano que le pidiera perd�n, pero no me
hizo caso, no me escuch�.
Una
familia, cuyos padres eran fieles en su servicio a Dios, criaron a sus hijos en
el temor al Se�or y la obediencia a los preceptos b�blicos.
Tal como cada uno de nosotros actualmente debemos de hacerlo. Sin
embargo, el hijo mayor, de mas de 15 anos, un d�a fue a sus padres y les coment�
que estaba cansado de ir a la iglesia cada domingo y de reunirse con j�venes
aburridos que no apreciaban la vida tal y como �l la ve�a.
Prefer�a reunirse con los j�venes de su escuela que se divert�an a lo
grande en fiestas, reuniones y d�as de campo, etc., etc.
Es mas, quer�a ser como los dem�s j�venes "normales", que a
su edad ya viv�an fuera del hogar y hac�an lo que deseaban sin dar cuenta a
nadie. En
ese momento los padres sintieron una gran tristeza y desilusi�n, la cual creci�
cuando su hijo, el mayor, su orgullo, se fue del hogar. Por un tiempo le
siguieron el rastro, ya que a trav�s de amistades y conocidos sab�an sobre �l,
pero lleg� el momento en que desapareci� y no se supo nada acerca de su
paradero. Les
comenta que �l desea verlos y estrecharlos, mostrarles a su familia, pero les
dice tambi�n que si no desean perdonarlo, �l los entiende y que bien merecido
se lo tiene. Es oportuno mencionar, que de la casa de los padres, pod�an verse
las v�as del tren, el cual pasaba cerca de ah�, por lo cual este hijo les
escribe a sus padres que el y su familia pasaran en el tren y que al estar a
bordo de el, les mostrara a sus hijos y esposa el hogar donde creci� y que no
debi� nunca de abandonar. Al
final de la carta les menciona tambi�n que si acaso lo perdonaran, pusieran en
el �rbol del frente de su casa un mo�o blanco y que al ver �l, desde el tren,
�sta se�al, pudieran bajarse y atreverse a llegar a su casa para abrazar a
"sus viejos" y hermanos. Cual
seria su sorpresa que al pasar no vio un peque�o mo�o blanco, sino una grande,
muy grande, sabana blanca que cubr�a por completo el �rbol, la cual sus padres
hab�an puesto para que supiera el tama�o de su perd�n y lo mucho que siempre
lo han amado, ya que para ellos siempre ha estado perdonado, por la sencilla raz�n
de que nunca ha dejado de ser su hijo.
Un
cierto rico escoc�s hab�a prestado en vida mucho dinero a varias personas.
Siendo que era muy considerado, trabaja con cari�o a sus deudores y
cuando se daba cuenta de que era imposible que le pagaran, pon�a debajo de la
cuenta su firma junto con las palabras: �Perdonado�. Despu�s
de su muerte, su esposa se dio cuenta que era mucho el dinero que amparaban las
notas perdonadas y se dio a la tarea de cobrarlas.
Tuvo que principiar juicios legales hasta que el juez; al examinar uno de
estos casos le pregunt�: --Se�ora,
�es esta la firma de su esposo? --S�
�contest� ella--, de eso no hay duda. --Entonces
�dijo el Juez�no hay nada que obligue a estas gentes a pagar cuando el mismo
esposo de usted ha escrito la palabra �Perdonado�. Si Cristo nos ha perdonado nuestros pecados, en vano se ufana el diablo por tra�rnoslos a la memoria. �Ahora, pues, ninguna condenaci�n hay para los que est�n en Cristo Jes�s.
Luis
XII, rey de Francia, ten�a muchos enemigos antes de ascender al trono.
Cuando fue hecho rey mand� que se formara una lista de sus perseguidores
y marc� en frente de cada nombre una gran cruz negra.
Cuando se supo esto huyeron sus enemigos porque creyeron que aquello era
una se�al de que deseaba castigarlos; pero el rey sabiendo de sus temores, mand�
que los llamaran asegur�ndoles el perd�n, y dijo que hab�a puesto una cruz
junto a cada nombre para acordarse de la cruz de Cristo y esforzarse en seguir
el ejemplo de Aquel que or� por sus asesinos exclamando: �Padre, perd�nalos,
porque no saben lo que hacen�.
Dios pone la cruz en un lado y sobre los pecados de los creyentes
arrepentidos
y los perdona.
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