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Lista de Ilustraciones sobre la Madre:
Cuenta
una antigua leyenda que un ni�o estaba por nacer, tuvo esta conversaci�n con
Dios: -
Me dicen que me vas a enviar ma�ana a la tierra, pero �C�mo vivir� tan peque�o
en indefenso como soy? -
Entre muchos �ngeles escog� uno para ti. El te est� esperando y te cuidar�. -
Pero dime, aqu� en el cielo soy feliz, no m�s que cantar y sonre�r. -
Tu �ngel te cantar� y sonreir� todos los d�as y t� sentir�s su amor y ser�s
feliz. -
�Y c�mo entender� lo que la gente me hable, si no conozco el idioma de los
hombres? -
Tu �ngel te dir� las palabras m�s dulces y m�s tiernas que puedas escuchar y
con mucha paciencia y cari�o te ense�ar� a hablar. -
�Y qu� har� cuando quiera hablar contigo? -
Tu �ngel te juntar� las manitos y te ense�ar� a orar. -
He o�do que en la tierra hay hombres malos �Qui�n me defender�? -
Tu �ngel te defender� a�n a costa de su propia vida. -
Pero estar� siempre triste porque no te ver� m�s Se�or. -
Tu �ngel te hablar� de m� y te ense�ar� el camino para que regreses a m�,
aunque yo siempre estar� a tu lado. En
ese instante, una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se o�an voces
terrestres, el ni�o presuroso repet�a suavemente: -
�Dios m�o, si ya me voy, dime su nombre! �C�mo se llama mi �ngel? - Su nombre no importa... T� le dir�s MAM�... Hno: Rodolfo Murua, Argentina
�Si
tienes una madre todav�a, Da
gracias al Se�or que te ama tanto, Que
no todo mortal contar podr�a Dicha
tan grande ni placer tan santo. Si
tienes una madre� s� tan bueno Que
ha de cuidar tu amor su paz sabrosa, Pues
la que un d�a te llev� en su seno Sigui�
sufriendo y se qued� dichosa. Ella
puso en tu boca la dulzura De
la oraci�n primera balbucida, Y
plegando tus manos con ternura, Te
ense�aba la ciencia de la vida. Si
acaso sigues por la senda aquella Que
va segura a tu feliz destino, Herencia
santa de la madre es ella, Tu madre sola te ense�� el camino!
Hace
algunos a�os visit� un famoso cementerio especialmente con el objeto de
observar los monumentos y entre ellos vi un monumento humilde que me llam�
la atenci�n. Me fij� en �l por su peculiaridad. En el m�rmol estaba grabada una mano, cuyo dedo �ndice se�alaba
hacia el cielo y ten�a esta palabra grabada en la mano: �Madre�.
Yo
ten�a once a�os. Viv�amos en una
casa de labranza, muy grande, en el Oeste de Texas. Todav�a ten�amos cerca a
los indios pieles rojas, y todav�a alguna que otra vez ve�amos ante nosotros
alg�n b�falo y uno que otro alce. Una tarde me hallaba en el patio, jugando,
cuando mi madre me llam� a su lado. Ten�amos una sola puerta y una sola
ventana en la casa. All�, junto a �sta, la hall� sentada en una sillita.
Yo me sent� a sus pies en un taburete, mis manos apoyadas en sus
rodillas, sobre el delantal de algod�n casero.
El doctor Willson, fiel ministro del evangelio en Calcuta, recordando su entrevista con el famoso asesino Bittinghan, dec�a: �Parec�a todo in�til, y que nada podr�a romper su coraz�n de roca� pero cuando le habl� de su madre, entonces, inesperadamente, prorrumpi� en sollozos�.
Olimpias, madre de Alejandro Magno, era muy severa para con su hijo. En cierta ocasi�n, un lugarteniente de Alejandro, Ant�pater, escribi� al rey critic�ndola, a lo cual contest� el famoso conquistador: �Es in�til que me la critiques. Has de saber que una l�grima de mi madre borrar� en un minuto todas las letras de todas las cartas que contra su severidad me escribas�.
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