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Lista de ilustraciones sobre el Engaño:
Cierto día un hombre capturó a un águila, le cortó sus alas y la soltó en el corral junto con todas sus gallinas. Apenada, el águila, quien fuera poderosa, bajaba la cabeza y pasaba sin comer: se sentía como una reina encarcelada. Pasó otro hombre que la vio, le gustó y decidió comprarla. Le arrancó las plumas cortadas y se las hizo crecer de nuevo. Repuesta el águila de sus alas, alzó vuelo, apresó a una liebre para llevársela en agradecimiento a su liberador. La vio una zorra y maliciosamente la mal aconsejaba diciéndole: --No le lleves la liebre al que te liberó, sino al que te capturó; pues el que te liberó ya es bueno sin más estímulo. Procura más bien ablandar al otro, no vaya a atraparte de nuevo y te arranque completamente las alas.- Moraleja: Siempre corresponde generosamente con tus bienhechores, y por prudencia mantente alejado de los malvados que insinúan hacer lo incorrecto. Fábula de Esopo
Cuando yo era niño, en la granja mi papá, mi hermano y yo solíamos visitar la granja del vecino para compartir productos y labores. El vecino tenía un pequeño perro escandaloso que me asustaba mucho. Cuando salía corriendo, mi papá y mi hermano no huían, pero yo sí. ¡Adivinen a quién correteaba el perrito! En una ocasión, escapé subiéndome a la camioneta mientras el perrito me ladraba desde abajo. Todos los demás se daban cuenta que el perrito no tenía poder sobre mí, salvo el que yo le concedía. Además, no tenía ningún poder innato de echarme hasta arriba de la camioneta; era mi creencia la que me subía allí. Ese perro me controlaba al usar mi mente, mis emociones, mi voluntad y mis músculos, los cuales estaban motivados por temor. Finalmente me armé de valor y bajé con un brinco de la camioneta, le eché una piedrita al perro… y para sorpresa mía, ¡corrió! Satanás es como el perro escandaloso: engaña a las personas para que le teman más a él que a Dios. El poder de Satanás está en la mentira, y cuando su mentira se expone con la verdad, sus planes se deshacen. - Neil T. Anderson, "Rompiendo Las Cadenas", p. 27
Cierta mujer fue a ver un fotógrafo para que la retratara. La señora se había arreglado lo mejor que había podido y la fotografía salió buena. Pero el fotógrafo se dijo: "Tengo que retocar estos retratos porque si los dejo como están, esa señora no quedará contenta". En efecto, cuando ella regresó a ver al fotógrafo para reconocer los retratos, quedó muy satisfecha: creyó que era más bonita de lo que en realidad era. Primero se engañó a sí misma; después se dejó engañar por el fotógrafo. Así son lo hombres con respecto a su retrato moral y espiritual: les place la adulación, la lisonja, y se dejan engañar con gusto. Dios en su Palabra dice que están destituidos de su gloria por la horrenda fealdad del pecado, y los insta a buscar la salvación de sus almas.
Dijo un día una liebre a una zorra: -- ¿Podrías decirme si realmente es cierto que tienes muchas ganancias, y por qué te llaman la "ganadora" ? -- Si quieres saberlo -- contestó la zorra --, te invito a cenar conmigo. Aceptó la liebre y la siguió; pero al llegar a casa de doña zorra vio que no había más cena que la misma liebre. Entonces dijo la liebre: -- ¡ Al fin comprendo para mi desgracia de donde viene tu nombre: no es de tus trabajos, sino de tus engaños ! Nunca le pidas lecciones a los tramposos, pues tú mismo serás el tema de la lección. Fábula de Esopo
-- Si quieres ayudarme a curarme y que siga vivo, seduce con tu astucia al ciervo y tráelo aca, pues estoy antojado de sus carnes. Salió la zorra a cumplir el cometido, y encontró al ciervo saltando feliz en la selva. Se le acercó saludándole amablemente y le dijo: -- Vengo a darte una excelente noticia. Como sabes, el león, nuestro rey, es mi vecino; pero resulta que ha enfermado y está muy grave. Me preguntaba qué animal podría sustituirlo como rey después de su muerte. Y me comentaba: "el jabalí no, pues no es muy
inteligente; el oso es muy torpe; la pantera muy temperamental; el tigre es un
fanfarrón; creo que el ciervo es el más digno de reinar, pues es esbelto, de
larga vida, y temido por las serpientes por sus cuernos." Pero para qué te
cuento más, está decidido que serás el rey. Terminó de hablar la zorra, y el ciervo, lleno de vanidad con aquellas palabras, caminó decidido a la cueva sin sospechar lo que ocurriría. Al verlo, el león se le abalanzó, pero sólo logró rasparle las orejas. El ciervo, asustado, huyó velozmente hacia el bosque. La zorra se golpeaba sus patas al ver perdida su partida. Y el león lanzaba fuertes gritos, estimulado por su hambre y la pena. Suplicó a la zorra que lo intentara de nuevo. Y dijo la zorra: -- Es algo penoso y difícil, pero lo intentaré. Salió de la cueva y siguió las huellas del ciervo hasta encontrarlo reponiendo sus fuerzas. Viéndola el ciervo, encolerizado y listo para atacarla, le dijo: ¡ Zorra miserable, no vengas a engañarme ! ¡ Si das un paso más, cuéntate como muerta ! Busca a otros que no sepan de tí, háblales bonito y súbeles los humos prometiéndoles el trono, pero ya no más a mí. Mas la astuta zorra le replicó: -- Pero señor ciervo, no seas tan flojo y cobarde. No desconfíes de nosotros que somos tus amigos. El león, al tomar tu oreja, sólo quería decirte en secreto sus consejos e instrucciones de cómo gobernar, y tú ni siquiera tienes paciencia para un simple arañazo de un viejo enfermo. Ahora está furioso contra tí y está pensando en hacer rey al intrépido lobo. ! Pobre !, ¡ todo lo que sufre por ser el amo ! Ven conmigo, que nada tienes que temer, pero eso sí, sé humilde como un cordero. Te juro por toda esta selva que no debes temer nada del león. Y en cuanto a mí, sólo pretendo servirte. Y engañado de nuevo, salió el ciervo hacia la cueva. No había más que entrado, cuando ya el león vio plenamente saciado su antojo, procurando no dejar ni recuerdo del ciervo. Sin embargo cayó el corazón al suelo, y lo tomó la zorra a escondidas, como pago a sus gestiones. Y el león buscando el faltante corazón preguntó a la zorra por él. Le contestó la zorra: -- Ese ciervo ingenuo no tenía corazón, ni lo busques. ¿ Qué clase de corazón podría tener un ciervo que vino dos veces a la casa y a las garras del león ? Nunca permitas que el ansia de honores perturben tu buen juicio, para que no seas atrapado por el peligro. Fábula de Esopo
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