Vanidad

 
 

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Lista de ilustraciones sobre la Vanidad:

  1. La zorra y el cuervo grit�n

  2. CONTESTACI�N RAZONABLE

  3. LA TORTUGA Y EL �GUILA

 

La zorra y el cuervo grit�n

Un cuervo rob� a unos pastores un pedazo de carne y se retir� a un �rbol. 

Lo vio una zorra, y deseando apoderarse de aquella carne empez� a halagar al cuervo, elogiando sus elegantes proporciones y su gran belleza, agregando adem�s que no hab�a encontrado a nadie mejor dotado que �l para ser el rey de las aves, pero que lo afectaba el hecho de que no tuviera voz.

El cuervo, para demostrarle a la zorra que no le faltaba la voz, solt� la carne para lanzar con orgullo fuertes gritos.

La zorra, sin perder tiempo, r�pidamente cogi� la carne y le dijo:

-- Amigo cuervo, si adem�s de vanidad tuvieras entendimiento, nada m�s te faltar�a realmente para ser el rey de las aves.

Cuando te adulen, es cuando con m�s raz�n debes cuidar de tus bienes.

F�bula de Esopo

 

CONTESTACI�N RAZONABLE

En un almuerzo presidido por Mark Young, gobernador de Hong Kong, una dama de las m�s distinguidas se sinti� menospreciada al descubrir que estaba sentada al extremo de la mesa, en vez de estar cerca del anfitri�n.

Al terminar la comida, se acerc� a Mark y le dijo con sequedad: "Seg�n parece, no se cuida usted de d�nde se sientan sus invitados."

"Se�ora", replic� el gobernador, "a la gente realmente importante no le interesa el sitio donde se sienta; y sucede a veces que quienes se interesan por el sitio, no son importantes.   De La Antorcha.

 

LA TORTUGA Y EL �GUILA

Cansada la tortuga de arrastrarse siempre por el suelo, le rog� al �guila que la levantase en el aire lo m�s posible.  El �guila, para complacerla, la asi� entre sus garras y la levant� hasta m�s arriba de las nubes.  Entonces la tortuga exclam�, henchida de vanidad:

--�Qu� despreciables me parecen ahora todos los animales de la tierra! �Con cu�nta envidia me han de mirar!.

Enojada el �guila por aquella vanidosa presunci�n, solt� de entre sus garras a la tortuga, que fue a dar contra unas pe�as y se hizo pedazos.

Los que se engr�en cuando la buena fortuna los levanta a muy alta posici�n, est�n en peligro de caerse y matarse.

F�bula de Esopo