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�EN MANOS DE QUI�N? |
Una pelota de basketball en mis manos vale unos
$190.00
Una pelota de basketball en las manos de Michael Jordan vale alrededor de
$33,000.000
Todo depende de en manos de qui�n est� el asunto.
Una raqueta de tenis en mis manos, no sirve para nada.
Una raqueta de tenis en manos de Pete Sampras, significa el Campeonato en
Wimbledon.
Todo depende de en manos de qui�n est� el asunto.
Una honda en mis manos es un juego de ni�os.
Una honda en manos de David es el arma de la victoria del Pueblo de Dios.
Todo depende de en manos de qui�n est� el asunto.
Dos panes y cinco peces en mis manos son un par de sandwiches de pescado.
Dos panes y cinco peces en manos de Jes�s son el alimento para miles.
Todo depende de en manos de qui�n est� el asunto.
Unos clavos en mis manos pueden servir para construir una pajarera.
Unos clavos en las manos de Jesucristo producen la Salvaci�n de toda la
humanidad.
Todo depende de en manos de qui�n est� el asunto.
Como has visto, todo depende de en manos de qui�n est� el asunto.
Pon tus proyectos, tus preocupaciones, tus miedos, tus deseos, tus sue�os,
tu familia y tus relaciones en manos de Dios.
No olvides "Todo depende de en manos de Qui�n est� el asunto".
PONERSE DE PIE |
Esta es una historia verdadera que sucedi� hace
algunos a�os en la USC
(Universidad de Carolina del Sur).
Hab�a un profesor de Filosof�a que era
un Ateo profundamente comprometido.
Su principal meta cada semestre era probar que Dios no pod�a existir. Sus estudiantes
siempre tuvieron miedo de discutir con el por su l�gica impecable.
Durante 20 a�os, siempre penso que nadie en su clase y fuera de el tenia el valor de ir en su contra. Claro, algunos hab�an discutido en clase alguna vez, pero nunca realmente en su contra; (mas adelante ver�n a que me refiero). Y no lo hac�an porque �l tenia una reputaci�n.
Al final de cada semestre, en el ultimo d�a, el pedir�a a su clase de 300 estudiantes: "Si hay alguien que todav�a cree en Jes�s, p�ngase de pie!".
En 20 a�os, nunca nadie lo hizo. Ellos sab�an lo que venia despu�s, el dir�a: "Porque todo aquel que cree en Dios es un tonto. Si Dios existiera, el lo demostrar�a impidiendo que este pedazo de gis se rompiera al golpear el piso, ser� tan sencillo para El, probar que es Dios, y aun as� no puede hacerlo". Y cada a�o azotaba un pedazo de gis en el suelo para que se rompiera en pedazos. Los estudiantes no pod�an hacer mas que mirar.
La mayor�a de los estudiantes terminaban convencidos de que Dios no existe. Ciertamente, uno que otro Cristiano se hab�a colado, pero por 20 a�os hab�an tenido miedo de ponerse de pie.
Pues bien, hace unos a�os, un joven que hab�a o�do historias sobre este maestro, se inscribi� en esta clase pues sin �l no podr�a terminar su carrera, ten�a miedo. Durante los primeros 3 meses de aquel semestre, �l oraba todos los d�as por tener el valor de ponerse de pie, sin importar lo que dijera el maestro, o que pensaran sus compa�eros de clase. Nada de lo que dijeran quebrantar�a su fe.
Finalmente llego el d�a. El profesor dijo: " Si hay alguien que todav�a cree en Dios, que se ponga de pie!". El profesor y la clase de 300 alumnos lo miraron fijamente, en shock, al momento que se pon�a de pie en el fondo del sal�n.
El profesor grito "TONTO! Si Dios existiera �l lo probar�a evitando que este pedazo de gis se rompa al golpear el piso!".
Acto seguido arrojo el gis, pero al momento que lo hizo, el gis se resbalo de sus dedos y fue resbalando por su manga, por los pliegues de su pantal�n y por su zapato hasta que, intacto, rod� por el suelo. El profesor quedo con la boca abierta observando el gis en el suelo, despu�s levanto su mirada al joven que estaba de pie y sali� corriendo del sal�n.
El joven entonces paso al frente del
sal�n y hablo de su fe en Jes�s por la siguiente media hora. Los 300 estudiantes
escucharon como hablaba del amor de Dios hacia ellos y de su poder.
Ahora tienes 2 opciones:
1.- Escuchar �sta historia y mantener tu
testimonio privado en silencio.
2.- Declarar a tus amigos tu fe y relaci�n con Dios, y brindarles el valor que todos
necesitamos diariamente.
A veces lo �nico que necesitamos hacer es PONERNOS DE PIE.
Pastor Abel V�zquez Gonz�lez
VALOR
MINISTERIAL ANTE EL GOBERNANTE
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El
Rdo. Pedro Cartwright, valiente evangelista metodista, en los primeros d�as de
la existencia de esta denominaci�n fue invitado a predicar en una de las
iglesias de la ciudad de Nashville, Estado de Tennessee, Estados Unidos de
Norteam�rica. Cuando iba a
comenzar su serm�n, el pastor de esa iglesia le dijo al o�do y en voz muy
baja: �Acaba de entrar el se�or Andr�s Jackson: Tenga cuidado de no decir
algo que lo ofenda�. (En aquel tiempo el se�or Jackson era el Presidente de
ese pa�s). Se dice que el se�or Cartwright comenz� su serm�n m�s o menos de
esta manera: �Me acaba de decir vuestro pastor que el Presidente se�or Andr�s
Jackson, est� en la congregaci�n y qeu debo tener cuidado con lo que hable yo
para no ofenderlo; pero yo digo esto: Si Andr�s Jackson no se arrepiente de sus
pecados y no cree en el Se�or
Jesucristo, Dios condenar� su alma de la misma manera que condenar� la de un
negro de Guinea�.
Se dice que desde aquel d�a el se�or Jackson fue un buen amigo de aquel evangelista.
VALOR
PARA DECIR LA VERDAD
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Galileo
necesit� valor para anunciar al mundo en su d�a que la tierra se mov�a en una
�rbita alrededor del sol, y no el sol alrededor de la tierra. El papa lo amenaz�
con excomuni�n porque sus ideas eran contrarias a las de la iglesia romana.
Desgraciadamente Galileo por fin neg� lo que �l cre�a que era la verdad, para
evitar el castigo papal.
Guillermo
Wilberforce tuvo valor para condenar la esclavitud cuando las leyes de su
patria, Inglaterra permit�an la compra y venta de personas.
Abraham Lincoln se mostr� valeroso para tratar de librar a los esclavos
en los Estados Unidos del Norte.
Nosotros necesitamos valor para oponernos al tr�fico de licores, a la loter�a nacional, y a otras pr�cticas que son contrarias a las leyes de Dios y al bienestar del hombre.
EXCITANDO
AL VALOR
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