1. EL INCORRUPTIBLE FABRICIO

El nombre de Fabricio Lucio, c�lebre general romano de los tiempos primitivos de expansi�n de la Rep�blica, ha quedado en la historia como emblema de probidad, sencillez, desinter�s e integridad ciudadanas. Se dice que "hall�ndose el famoso general en la m�s completa pobreza fue nombrado embajador por la Rep�blica, para ir a tratar con Pirro, rey de Epiro, sobre asuntos de la mayor importancia concernientes a su patria. Pirro lo recibi� en su corte con las mayores distinciones y trat� de inducirlo para que secundara sus proyectos, contrarios a Roma, ofreci�ndole honores elevados y grandes riquezas".

Pirro conoc�a la val�as morales de Fabricio, con quien hab�a luchado en acciones b�licas sin que hubiera logrado vencerlo. Conoc�a la entereza de car�cter del noble patricio y crey� que si lograba inclinarlo a su favor habr�a hecho una trascendente adquisici�n. En efecto, Pirro, haciendo uso de su habilidad, de su talento y sus riquezas, y aprovechando la pobreza de Fabricio, le hizo insinuaciones morbosas, indignas de la elevada moral del ciudadano �ntegro.

La contestaci�n de Fabricio fue la siguiente: "Si a�n me crees honrado; �por qu� pretendes corromperme? Y si me creed capaz de dejarme sobornar, �de qu� puedo servirte?" Tan elocuente contestaci�n hizo retroceder a Pirro y le proporcion� una visi�n de un hombre cabal, digno de la m�s alta consideraci�n.