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Un nativo de la India se indignó cuando escuchó la predicación de uno de los ministros nacionales sobre el pecado y la crasa ignorancia que mostraban los que adoraban ídolos.Cuando agredió al indefenso predicador, éste, con toda calma contestó: Supongo que usted será algún fabricante de ídolos. -Si- exclamó el hombre con ira. Y una voz de entre de la multitud agregó: Los hace y los vende a cuatro centavos cada uno.- Así me lo imaginé respondió el ministro -, teme sin duda que alguno se convierta y él pierda sus ventas y por eso está tan indignado contra mi predicación.Esta respuesta causó tanta risa a la multitud que el fabricante de ídolos no tuvo mas remedio que escurrirse sin decir palabra.
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