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Lista de ilustraciones sobre el Cielo:
Hay una leyenda antigua acerca de un cisne y una grulla. El maravilloso cisne aterriz� a las orillas del agua donde estaba la grulla buscando caracoles. Por unos momentos la grulla miraba al cisne con asombro y luego le pregunt�: ��Oye, y de d�nde vienes?� �Vengo del cielo�, contesta el cisne. ��Y d�nde est� el cielo?�, pregunta la grulla. ��El cielo!�, exclama el cisne. ��El cielo! �Nunca haz o�do del cielo?� Y el ave maravilloso empieza a describir la grandeza de la eterna ciudad. La cont� acerca de las calles de oro, y las puertas y muros hechos de piedras preciosas�el r�o de la vida, puro como cristal�el �rbol de la vida en cuyas hojas habr� sanidad para las naciones. En t�rminos elocuentes el cisne intent� describir las multitudes quienes viven en el otro mundo pero sin tener el menor efecto sobre la grulla. Al final la grulla pregunta, ��Y habr� caracoles en el cielo?� ��Caracoles?�, repite la cisne. ��Por su puesto que no!� �Entonces�, dice la grulla mientras continuaba buscando por sus caracoles cerca de las viscosas orillas del agua, �tu puedes quedarte con tu cielo. �Lo que yo quiero son caracoles!�. As� somos muchos de nosotros. Las cosas eternales son miles de veces superiores, pero no queremos dejar esos caracoles de nuestra vida. Dios, ay�danos desear las cosas eternales.
Tendido en su cama en la cantera de Aswam en el Sur de Egipto est� un obelisco que nunca fue terminado. All� ha permanecido, en su estado presente, por varios miles de a�os. Se cree ser el trabajo del Fara�n "Thothmes III, lo que hubiera sido el obelisco m�s alto jam�s construido. Mide (14 x 14 pies en la base, y su peso estimado es de 1170 toneladas. �C�mo es que nunca alcanz� la gracia de un templo egipcio, o que nunca adorn� una ciudad moderna? Porque, despu�s que los hombres trabajaron en el por un tiempo y le dieron forma a tres de sus lados, un defecto fue encontrado en �l. Por lo tanto, fue abandonado como impropio para la posici�n que iba a ocupar. Es una hermosa pieza de granito, pero defectuosa. Los egipcios no quisieron poner un obelisco defectuoso ante uno de sus templos. Asimismo el Dios viviente ha decretado que nada inmundo, nada defectuoso, nada pecaminoso, jam�s entrar� en el cielo: as� que todos los hombres en su estado natural quedan excluidos. Un predicador dijo, "No hay un hombre justo sobre esta tierra que haga el bien y no peque." Pero por la muerte y resurrecci�n de Uno que es sin defecto y perfecto en todo, el hombre pecaminoso puede ser limpiado de todo pecado y tener un lugar en el cielo.
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