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RICO
DESCUIDADO POR SU PASTOR
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Cierto
pastor dijo que en su congregaci�n hab�a un hombre muy rico; que si �ste
hubiera sido pobre �l le habr�a hablado acerca de la salvaci�n de su alma;
pero que �l como pastor cre�a que ser�a presuntuoso hablarle de eso a dicho
rico.
U d�a uno de los miembros le pregunt� al hombre rico: --Se�or X, �ha
aceptado usted al Salvador? Este hombre, conmovido, y con l�grimas en los ojos,
respondi�: --Agradezco a usted que me haya hecho esta pregunta.
Durante mucho tiempo he estado muy preocupado por esto,
y siempre pens� que el ministro alg�n d�a me hablar�a de este
importante asunto. �Oh, cu�nto he deseado que me hable de mi Salvador! Si me
hubiera hablado, �yo podr�a haber tenido tranquilidad!.
Sigamos el ejemplo del Se�or, quien a ricos y a pobres les anunci� las buenas nuevas de salvaci�n; imitemos al ap�stol, quien dijo: �A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. As� que, en cuanto a m�, pronto estoy a anunciaros el evangelio...�.
LOS
RICOS EST�N EXPUESTOS A GRAN PELIGRO
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Cierta
persona relata lo siguiente: El se�or X me conoci� porque yo iba al templo de
la iglesia a la cual �l pertenec�a, y en una ocasi�n le ped� un consejo, y
me lo dio.
Despu�s transcurrieron algunos a�os sin que tuviera yo la oportunidad
de verlo.
Un d�a ese se�or vino a mi casa: nos dimos los saludos de costumbre, y
despu�s me pregunt� si podr�a hablarme en lo privado, y le dije que
s�. Entramos en un cuarto donde nadie pudiera interrumpirnos.
Cuando ya est�bamos a solas me dijo: �He sabido que usted est�
expuesto a un gran peligro�. Le dije que yo no lo sab�a. Enseguida agreg�:
�As� lo pensaba yo; que no lo sab�a usted: por esta raz�n he venido a
verlo. Me dicen que usted se est� enriqueciendo...: �Cuidado! �Est� usted en
el camino por el cual el diablo algunas veces conduce a millares de personas a
la ruina espiritual y los aleja de Dios para siempre!� Sigui� habl�ndome
sobre este asunto con tanta solemnidad y sinceridad que me impresion�
profundamente.
Cuando mi buen visitante y consejero se despidi� de m�, me qued�
pensando en lo que hab�amos conversado y decid� que har�a yo lo posible para
que el aumento de mis riquezas no me alejara a Dios, sino m�s bien para que �stas
me acercaron a �l y para que con ellas ayudara yo a extender su reino en la
tierra.