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LA RESTAURACI�N DE DOS TESOROS |
Hace unos a�os, un hombre bien enojado corri� a trav�s del museo Rijiks en Amsterdam hasta encontrar a la famosa pintura de Rembrant titulado "Nightwatch". Tom� entonces un cuchillo y lo acuchill� varias veces antes de que pudiera ser detenido. Un poco tiempo despu�s, un hombre aturdido y con hostilidad entr� en la catedral de San Pedro en Roma con un martillo y empez� a destrozar la bella escultura de Miguel �ngel llamado "La Pieta". Dos obras de arte estimados fueron da�adas severamente. Pero, �Qu� hicieron los oficiales? �Tirarlas y olvidarlas? De ninguna manera. Usando los mejores expertos, trabajaron con mayor cuidado y precisi�n, e hicieron todo el intento en el mundo por restaurar estos tesoros.
Por su gracia divina, Dios puede sacar algo bueno de nuestros fracasos, incluyendo nuestros pecados.
RESTAURACI�N
DE UNA FAMILIA REAL
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Una
soberan�a independiente, en una familia de jud�os, hab�a sido preservada
siempre en una monta�a de Sam�n, y la residencia real estaba sobre una
escarpada roca que se llamaba �La Roca de los Jud�os�.
Otras varias monta�as inaccesibles serv�an como fortalezas naturales
para este pueblo que hab�a venido a ser muy considerable por los jud�os
expulsados.
Gede�n
y Judith eran el rey y la reina de los jud�os, y su hija Judith (a quien en
Amhara llamaban Esther y algunas veces Saat, es decir, fuego) era una mujer de
gran belleza y talento para la intriga; se hab�a casado con el gobernador de un
peque�o distrito llamado Bugna en los alrededores de Lasta.
Ambos pa�ses estaban muy infectados de juda�smo.
Judith
se hab�a hecho de un partido tan fuerte que resolvi� intentar la subversi�n
de la religi�n cristiana, y con ella, la sucesi�n de la l�nea de Salom�n.
Los ni�os de la familia real estaban en este tiempo,
en virtud de una vieja ley, confinados en la casi inaccesible monta�a de
Damo, en Tigr�. El corto reinado,
la muerte inesperada y repentina del finado rey Aizor y la desolaci�n y el
contagio de una enfermedad epid�mica que se hab�a extendido tanto en la acorte
cono en la capital; el estado de debilidad de Del Naad, quien iba a suceder a
Aisor, y que era ni�o; todas estas circunstancias reunidas impresionaron a
Judith con la idea de que ahora era tiempo de colocar a su familia en el trono y
establecer su religi�n exterminando a la raza de Salom�n.
De acuerdo con esto sorprendi� la roca de Damo y mat� a todos los pr�ncipes
que all� hab�a, seg�n se dice, en n�mero de cuatrocientos.