|
|
|
Tomando la Ofensiva y Usando El Mercado Para Crear El Servicio De La Iglesia |
"Por vivir en una sociedad en donde las opciones diarias son opciones consumidoras, la gente tiene que ver que su relaci�n con la iglesia es similar en muchos aspectos....Pero una vez que la gente escoge iglesias de manera similar al escoger marcas en competencia y estilos de tenis para el b�squetbol, despu�s hay gran presi�n de parte de la iglesia al concebirse a s� misma en estos t�rminos" (p. 68). Esta tendencia hacia el consumismo puede ser la tentaci�n m�s peligrosa contempor�nea para la iglesia.
Hace a�os, el gran soci�logo, Fernando Toennies, critic� el rol del mercado en crear a una sociedad en donde no hay una comunidad real, s�lo hay individuos que se acercan a otros con la actitud "Te doy pero tu me vuelves a dar a m�."
"Lo que hago por ti, lo hago s�lo con el prop�sito de afectar tu simult�neo, anticipado o �ltimo servicio hacia m�. En realidad, yo quiero y deseo s�lo esto. Obtener algo de ti es mi fin; mi servicio es simplemente me veh�culo, en donde yo naturalmente contribuyo sin voluntad." Dicho por Kenneson y Street, p. 69)
�Qu� tal si la iglesia sirve a la gente, no como una transacci�n de mercado, sino porque se trata de la gente de Dios? �Qu� tal si el coro trabaj� duro en sus himnos, no porque ellos esperen que les guste o se sientan inspirados por los himnos, sino porque el coro sabe que somos llamados para ser una se�al, una probada del reino de Dios en el mundo? �Qu� tal si estoy predicando este serm�n, no porque sea la petici�n m�s importante de mis peticiones semanales, sino porque yo crea que esto es lo que Dios quiere? Lo que obtengas de lo que ya est� hecho aqu� no debe ser una gran preocupaci�n entre nosotros como la fidelidad hacia la peculiar naturaleza del Reino de Dios.
�Cu�l es el gran servicio que la iglesia puede ofrecer al mundo? A lo mejor el servicio que nosotros ofrecemos no es necesariamente lo que el mundo piensa que necesita. Pero la iglesia no s�lo se trata de reunir mis necesidades, sino tambi�n de reacomodar mis necesidades; dando yo mis necesidades nunca hubiera tenido que venir a la iglesia.
Una vez, me sal� de mi usual pr�ctica y prediqu� un serm�n el cual fue muy juicioso y negativo, cr�tico y hasta prof�tico.
Al final del servicio, cuando ya se iba yendo la gente, me qued� congelado cuando uno de ustedes me felicit� en la puerta con, "�Su serm�n!" Pero luego tu dijiste, " Gracias por decirlo de esa manera. Es raro en estos d�as, que alguien hable honestamente acerca de nuestra situaci�n. Gracias, yo necesitaba eso."
Eso es m�s bien sorprendente. Nosotros necesitamos comodidad, confirmarnos, cierto sentido de paz. S�. Pero tambi�n necesitamos la verdad. Honestidad. En la iglesia, cuando est� en su mejor nivel, no obtenemos lo que nosotros creemos que necesitamos sino lo que Dios cree que necesitemos�que es lo que necesitamos.
Mientras andamos preguntando a la gente qu� quiere, debemos preguntar la pregunta m�s escalofriante, �Qu� es lo que Dios quiere? "�Qu� es lo que el Se�or requiere?" esa es una pregunta fundamental...
Alguien seguramente dej� la sinagoga ese d�a diciendo, "Lo siento, ese nuevo predicador, simplemente no hizo algo por m�."
Algunos, unos pocos, no todos, seguramente se dieron cuenta de que Jes�s era considerablemente algo m�s grande que yo. Marcos 6: 1-13
William Willimon, "No Encontrando Las Necesidades De La Gente En La Iglesia", julio 6, 1997