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Lista de Ilustraciones sobre el Libertad:
"Dadme la libertad, o dadme la muerte.." Patrick Henry. �del estado de Virginia.�Amante de la libertad en general. Defensor de los predicadores bautistas que estaban siendo perseguidos porque predicaban "sin licencia" oficial del gobierno. "M�s vale morir en pie, que vivir de rodillas".
El 6 de enero de 1941 el Presidente Franklin D. Roosevelt pronunci� un discurso ante el Congreso de los Estados Unidos de la Am�rica del Norte, y entre otras cosas dijo que los Estados Unidos esperaban un mundo fundado sobre cuatro libertades esenciales: I. Libertad de palabra; II. Libertad de cultos; III. Libertad de trabajo; IV. Libertad de eludir el temor. (I. Libertad para expresar sus ideas; II. Libertad para adorar a Dios en la forma preferida; III. Libertad para elegir la forma de trabajar a fin de no padecer necesidad; IV. Libertad de evitar todo aquello que haga que la gente sufra alg�n temor).
Maname Rowland, que fue guillotinada durante la Revoluci�n Francesa, despu�s de que hab�a ascendido al pat�bulo y ya cuando estaba lista para poner su cabeza debajo de la cuchilla, por casualidad vio una estatua de la Libertad que estaba cerca del lugar, y exclam�: ��Oh, Libertad! �Qu� cr�menes son cometidos en tu nombre!� Y es verdad que los cr�menes m�s negros y repugnantes que manchan las p�ginas de la historia han sido cometidos en el nombre de lo m�s sagrado: en el nombre de la Libertad, de la Justicia o de la Religi�n. Hasta el d�a de hoy la libertad es s�lo para el m�s poderoso, para el que sabe apoderarse de todo. Pablo ten�a libertad para visitar a Jerusal�n y purificarse en el templo; pero le fue quitada dicha libertad por los poderosos, y por cosa de cuatro a�os se le priv� de ese tesoro tan preciado, estando unos dos a�os en Cesarea y otros dos en Roma.
Las
l�grimas corr�an libremente por el rostro de un anciano mientras trataba de
desatar el nudo de un cord�n que ten�a alrededor del cuello, en el que ten�a
colgado un peque�o saco. El nudo
estaba sucio, y lleno de tierra. El
anciano ten�a la cabeza doblada como si llevara un gran peso sobre la espalda,
su cuerpo temblaba y el temor de lo desconocido se reflejaba en sus ojos.
Este hombre era Sampashe, jefe africano. �No
debes confiar en dioses paganos�, le hab�an dicho; pero el conflicto de
siglos de tinieblas y temor se hab�a
posesionado de �l. �Qu� calamidades le sobrevendr�an si se quitaba este
amuleto? �No podr�a conservar por lo menos �ste? �No�, le dijeron, si
realmente crees en el amor y en el poder de Jes�s, debes poner tu confianza
solamente en �l�. Parado
junto al anciano, en silencio y compresivo, sonriendo para infundirle �nimo y
confianza estaba el misionero. Sampashe
levant� las manos, pero el viejo nudo no pod�a deshacerse, pues hab�a estado
atado por tantos a�os que estaba completamente s�lido. El terror se apoder� del coraz�n de Sampashe. Mir� el rostro del misionero y entonces hizo la primera oraci�n de su vida, la cual era un grito en el que ped�a auxilio, misericordia y amor. El nudo se afloj�, y a medida que el cord�n se deslizaba del arrugado cuello del anciano, tambi�n una carga pesada ca�a de su coraz�n. Alzando el rostro lleno de l�grimas, Sampashe sonri� triunfante y tom� la mano del misionero en se�al de fraternidad cristiana.
Cuando en algunos de los pa�ses de Europa los cristianos evang�licos fueron perseguidos severamente, muchos de �stos salieron de all� para establecerse en la regi�n de los estados de Massachussetts, Maine, Pennsylvania, y otros del nordeste de los Estados Unidos de Am�rica del Norte. Tan pronto como llegaron a esos lugares lo primero que hicieron fue construir r�sticamente algunos cobertizos para protegerse de la intemperie; inmediatamente despu�s construyeron su primer edificio permanente: un templo. Esto fue lo m�s conveniente que pudieron hacer aquellas gentes que ven�an buscando la libertad de conciencia y libertad de cultos.
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