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Enrique Driumond, el genio espiritual que escribi� "La Ley Natural en el Mundo Espiritual" ofrece lo que probablemente es la m�s grande de todas las ilustraciones referentes a la necesidad que hay de un nacimiento celestial. La teor�a de la generaci�n espontanea de la vida ha sido concluyentemente refutada. As� que la vida org�nica. Los minerales inorg�nicos no pueden tener vitalidad y ascender por s� mismos hasta llegar a ser org�nicos. La planta debe descender hasta el mundo muerto que est� abajo y tocar su materia con el misterio de la vida que ella tiene. De semejante manera, el hombre natural est� sin esperanza, est� muerto, hasta que Dios, el ser infinito, llega a �l, lo hace nacer otra vez, le abre los ojos del alma y le permite ver el reino de Dios. G. Hurlbutt.
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