Jactancia Jerusal�n Jes�s Juicio Justicia Juzgar
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Cuando yo llegue a la vida mejor,
Donde hay descanso de todo dolor,
Y "Bienvenido" me diga el Se�or,
�Qu� aurora tan bella ser�!
Cuando en su gloria contemple al gran Rey,
Con todos los redimidos por fe,
Siempre a su nombre ensalzarlo podr�:
�Qu� aurora tan bella ser�!
Cuando yo deje esta vida y su cruz,
Cuando yo vaya a estar con Jes�s,
Cuando le mire en su f�lgida luz,
�Qu� aurora tan bella ser�!
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El nombre de Barrab�s significa "Hijo del
Padre". Seg�n algunos de los mejores manuscritos y de las m�s antiguas
traducciones, la lectura del Pasaje debe ser: "�Cu�l quer�is que os
suelte? �a Jes�s Barrab�s, o a Jes�s que se dice el Cristo?" Los dos
presentados por Pilato ante el pueblo para que escogieran, llevaban el nombre de
Jes�s. El uno era Jes�s que se hac�a llamar Bar-Abbas �el Hijo del Padre,
reclamando as� expresamente autoridad divina�el otro Jes�s, que era llamado
el Cristo. Por Lucas 23:19 sabemos que Jes�s Barrab�s era uno de aquellos
pretendientes a la dignidad mesi�nica que procuraron realizar el ideal jud�o
por un levantamiento armado contra el poder romano. Seg�n la acusaci�n de los
sacerdotes, Jes�s el Cristo era culpable de la misma oposici�n a C�sar,
aunque no de la misma manera que Jes�s Barrab�s. Por el examen personal de
Cristo, Pilato supo que esta acusaci�n era falsa; de modo que puso a los dos
despreciablemente ante el pueblo, al Mes�as de un reino invisible, por el cual
sus siervos no pelear�an, y al Mes�as de un reino terrenal que hab�a sido
tomado con sus manos ensangrentadas en sedici�n y asesinato. Por una de esas
curiosas coincidencias, tan frecuentes y notables, estaban ahora lado a lado
llevando el mismo nombre y la misma demanda; --la caricatura por el lado de la
realidad, Jes�s, el pretendido, y Jes�s, el Bar-abbas real, el Mes�as de las
ideas y esperanzas jud�as, y el Mes�as de la designaci�n de Dios; el uno,
intentando llenar la descripci�n del Mes�as pintada por el tentador en el
desierto, pero rechazada por el mundo; el otro llenando las Escrituras
prof�ticas.
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