Un trabajador cierta ma�ana cont� a su esposa el siguiente sue�o que �l hab�a tenido la noche anterior:

"So�� que se me acercaron cuatro ratas: la primera era muy gorda, las dos siguientes estaban muy flacas, y la cuarta estaba ciega".

El hombre aquel estaba muy preocupado porque, seg�n le hab�an dicho, era un presagio malo eso de so�ar algo acerca de tales animales. La mujer de este trabajador, tan supersticiosa como su marido, tuvo miedo y no sab�a c�mo interpretar aquel sue�o funesto. El hijo de ellos, que era muy inteligente y nada supersticioso, y que no ten�a para su padre mucho respeto filial, sirvi� de "Jos�" a aquel moderno "Fara�n" e interpret� el sue�o.

"La rata gorda" dijo el joven, "es el taberno de la esquina", que se come todo lo que ganas; las dos ratas flacas, somos mam� y yo, que no tenemos qu� comer; y la ciega eres t��" Dicho esto, se escap� r�pidamente por temor a una buena paliza que hubiera recibido como premio a su franqueza.